El montañismo es uno de los deportes más apasionantes y exigentes que existen. La naturaleza y la montaña son dos elementos que se combinan para ofrecer una experiencia única e inolvidable. Para los amantes de este deporte, la preparación y la planificación son fundamentales para garantizar la seguridad en todo momento, especialmente en lo que se refiere a la orientación en la montaña.
En este artículo, vamos a explorar las técnicas de orientación más utilizadas en montañismo, con el fin de ayudarte a disfrutar de tu experiencia sin tener que preocuparte por perder el rumbo o extraviarte. Desde la planificación previa al recorrido, los instrumentos que se utilizan y las habilidades necesarias para la orientación en la montaña, vamos a intentar proporcionar toda la información que necesitas para poder adentrarte en la montaña con la seguridad necesaria.
Antes de emprender cualquier excursión de montaña, es fundamental dedicar un tiempo a la planificación. Antes de salir al campo, los montañistas deben informarse en qué consiste la ruta, cuál es el tipo de terreno y la dificultad de la misma. Hoy en día, existen múltiples aplicaciones para el móvil que pueden ser de gran ayuda en este sentido.
Además, es recomendable echar un vistazo a los mapas pertinentes y determinar los puntos de referencia, esto proporcionará una visión general de la ruta en cuestión. A veces nos confiamos demasiado en las guías y apps, olvidando que ellas pueden quedarse sin batería o incluso cancelar una ruta que está pendiente de actualización. Esto puede dejar a los montañistas a merced del bosque o peor aún, situarlos en zonas peligrosas, por eso nunca está demás llevar mapas y brújula como garantías de seguridad.
Siempre es importante tener en cuenta las condiciones meteorológicas antes de partir a la aventura ya que éstas pueden afectar como percibamos la montaña. El buen tiempo, aunque pueda parecer atractivo, también puede ser traicionero, como montañistas resulta más beneficioso siempre contar con un equipo de protección adecuado y las herramientas necesarias para garantizar la seguridad en caso de inclemencias.
A la hora de orientarnos en la montaña, existen diversos instrumentos que pueden sernos de gran ayuda. La brújula, el mapa, el GPS, y el altímetro son los más comunes. La brújula es el instrumento más básico que se debe tener en cuenta. Los modelos de brújulas digitales son los más populares, sin embargo, es importante tener en cuenta que suelen consumir batería con facilidad y no se deben descuidar las clásicas brújulas por las que se mira a través de una lupa para obtener una lectura con mayor precisión, pese a ser antiguas son muy precisas.
El mapa es una herramienta fundamental para la orientación en la montaña. Hay varios tipos de mapas según la orientación: son los que están orientados hacia el norte, al sur, o los Topográficos. En estos mapas se puede encontrar información detallada de la zona, así como las curvas de nivel y la altitud. No obstante, es importante tener en cuenta que aunque los mapas poseen información detallada, a veces no están actualizados por lo que llevar una brújula adicional para comprobar esas alteraciones puede ser de gran ayuda.
Por último, el GPS (Sistema de Posicionamiento Global) y el altímetro son dispositivos digitales que permiten una mayor precisión en la orientación, ya que te dan información detallada sobre el terreno y la altitud exacta de la montaña. Si bien son instrumentos muy útiles, deben ser empleados con precaución, ya que pueden quedarse sin batería y si no se sabe calibrarlos correctamente o interpretar los datos que ofrecen pueden incluso llevar a confusión.
La técnica de la triangulación es la más utilizada en la orientación en la montaña. Consiste en localizar en el mapa al menos tres puntos que se encuentren en nuestro campo de visión, como una cresta, un pico, una hondonada, etc. Después de identificar los tres puntos, se debe tomar la dirección de ellos con la brújula, donde se cruzarán las tres líneas será nuestro punto de referencia exacto.
No obstante, para ser precisos, la triangulación debe ser realizada en un punto elevado de la montaña y es aquí dónde el altímetro adquiere gran importancia. Ubicarse en un sitio lo más alto posible y utilizar esta técnica nos puede resultar muy efectivo en caso de que la visibilidad sea limitada. Con la técnica de triangulación, podremos saber tanto nuestra posición exacta como la dirección que debemos tomar para continuar nuestro recorrido.
La técnica del rumbo es utilizada para conocer la dirección en la que tenemos que avanzar para llegar al punto final de nuestra ruta. Una vez se ha consultado el mapa y se tiene claro el objetivo a alcanzar, se ubica el punto deseado y, a continuación, se determina la dirección que se debe tomar con la ayuda de la brújula. Es importante tener en cuenta que esta técnica no permite saber con exactitud nuestra posición actual en la montaña, es decir, no es una técnica útil para la realización de una triangulación efectiva.
Esta técnica es útil en terrenos sin tantos accidentes topográficos, y cuando es necesario avanzar en línea recta desde nuestro punto inicial hasta nuestro destino. Los alpinistas principiantes pueden encontrarse con algunas dificultades, especialmente si no han tenido experiencia previa en el uso de la brújula, por lo que es importante practicar antes de salir a la montaña para evitar problemas.
La técnica de la visualización se basa en el estudio del terreno y en la observación detallada de la montaña para poder determinar la ruta más adecuada a seguir. Se trata de identificar los puntos clave del terreno y ponerlos en relación con los puntos de referencia del mapa. Esta técnica requiere algo de preparación previa y algo de experiencia, ya que es necesario que el montañista tenga cierto grado de familiaridad con la zona donde llevará a cabo su excursión.
En esta técnica el tiempo es un factor fundamental, es importante dedicar tiempo para observar con detenimiento todo el entorno, valorando el relieve y los obstáculos creados por la propia montaña tales como piedras, grietas, zonas llanas, acantilados, entre otros. Si conocemos nuestras habilidades y limitaciones, la técnica de la visualización combinada con la experiencia puede ser una de las técnicas más precisas y efectivas, especialmente en terrenos empinados o de escalada vertical.
En el montañismo, la orientación es fundamental. No sólo es importante tener los conocimientos necesarios para orientarse con herramientas de navegación sino también para ser capaces de hacer una buena planificación y estimación de las capacidades propias y del grupo con el cual estemos practicando. Es importante recordar que la montaña es una fuerza descomunal que no se puede subestimar, y que siempre debemos tener en cuenta los riesgos que conlleva.
Por suerte, el montañismo es una actividad que permite experimentar emociones y sensaciones únicas que no podremos encontrar en otro lugar, y que nos enseña la importancia de la preparación, la paciencia, el respeto, la responsabilidad y la humildad.
Una última recomendación, básica, pero que nunca está de más recalcar: es fundamental no dejar residuos ni elementos inadecuados en la montaña y respetar el medio ambiente y la naturaleza, la conexión con la montaña debe ser siempre en un acto de armonía y sostenibilidad.